miércoles, 30 de abril de 2014

Viaje a BUDAPEST - Abril 2014



Tras el viaje de fin de curso del año pasado (con el cual comencé este blog) a Praga y Viena, teníamos pensado ir a Budapest también para hacer el típico viaje de las tres ciudades, pero quedó descartada por presupuesto.
Tras esta espinita, esta Semana Santa no he podido alegrarme más cuando planeamos ir, a la que se le conoce también como la Perla del Danubio.







DÍA 1: LLEGADA

Iglesia Parroquial del Centro

Como introducción, el idioma oficial es el húngaro y hablan bastante poquito el inglés, y los pocos que lo hacen es a su manera, recordemos que este país ha estado bajo influencia soviética muchos años hasta que pudieron liberarse con el fin de la Unión Soviética hace relativamente poco en 1991.
Nuestro vuelo a Budapest fue desde Málaga en vuelo directo con la compañía Wizzair (si pensábais que Ryanair era malo, vais a flipar con esta compañía, nada recomendable y casi es preferible hacer escala en Madrid o Barcelona con otra, horarios malísimos de noche), el vuelo dura unas 3 horas.
Pillamos un apartamento muy céntrico y bastante barato para lo enorme y bonito que era. Nos fuimos a la cama rápido ya que llegamos a las dos de la madrugada (para los que lleguen tarde al aeropuerto, hay servicio de shuttle bus que te dejan en la puerta de tu hotel).

 DÍA 2: DESCUBRIENDO BUDA

Nuestro apartamento estaba al lado de una de las dos calles más importantes de la ciudad: Váci Utca, con tiendas de souvernirs, restaurantes, mercados, tiendas de ropa, etc. Es bastante grande y está animada durante todo el día.
Justo al salir de esta calle te encuentras con la rivera del Danubio, donde lo primero que vemos fue el precioso Puente de Elizabeth (también conocida como Sissí, la que pasó muchísimo tiempo viviendo en Budapest) y la Iglesia Parroquial del Centro, en la que días más tarde entramos mientras que estaban dando una misa y la verdad es que las misas en húngaro dan un poquito de miedo, pero fue una experiencia agradable.
La ciudad es bastante abarcable andando (si dispones de varios días) y una vez llegamos a la rivera, se podía ver al otro lado el precioso Castillo de Budapest, Puente de las Cadenas y otros monumentos que describiré a continuación.

Castillo de Buda

Para los que no lo sepan, Budapest estaba dividida en tres ciudades: Óbuda y Buda en una orilla del río, la parte antigua y Pest, a la otra orilla, la parte moderna. La primera vez que se unieron fue en 1849 cuando se construyó el Puente de las Cadenas y en 1873 se administraban ya como una sola ciudad. Con lo cuál, este puente es el más antiguo y el primero que unió los dos lados del río. Aclarar que sin embargo, el original fue destruido en la Segunda Guerra Mundial y se reconstruyó de nuevo.

El Puente de las Cadenas une Buda y Pest

Tras cruzar este maravilloso puente presidido por cuatro leones, dos a cada lado, llegamos a la parte antigua (Buda) y subimos andando hasta el Castillo de Buda. Se puede subir en funicular, pero la verdad es que era bastante caro y no merecía la pena para una subida tan corta.

Vista del Puente y el  Castillo

El Castillo anteriormente fue residencia de reyes húngaros, pero actualmente contiene la Biblioteca Nacional, la Galería Nacional Húngara y el Museo de la Historia de Budapest. Hay puestecillos vendiendo cosas típicas de la ciudad y bastantes banderas del país, ya que son bastante nacionalistas. También me sorprendió la cantidad de obras que estaban haciendo para mejorar el acceso, mejorando las calles, estatuas, etc.
Seguimos subiendo por las calles de Buda hasta llegar a una preciosa plaza donde se encuentra la Iglesia de San Matías y el Bastión de Pescadores.
Iglesia de Matías
La Iglesia de San Matías es una preciosísima iglesia, la más bonita para mí gusto, donde fueron coronados Francisco José I y su esposa Sissí, reyes de Hungría. La iglesia estaba cerrada al público en Semana Santa por motivos que desconocemos, pero pudimos entrar diciendo que íbamos a entrar (dentro sólo había cuatro ancianos húngaros y se notaba que no íbamos a eso, pero lo logramos).















El Bastión de Pescadores es un mirador muy moderno (se terminó en 1902), desde donde se ven las mejores vistas, sobretodo del Parlamento. Tiene siete torres que representan las siete tribus fundadoras de Hungría. También hay una estatua ecuestre de Esteban I, el primer rey húngaro.

Bastión de Pescadores, es mucho más largo
de lo que se puede apreciar aquí, ya que
continua por los laterales hasta la iglesia



Nuestro restaurante húngaro



Con el hambre que teníamos y más después de la caminata, fuimos hasta un bar típico húngaro con el típico plato, llamado gulash, que es una especie de estofado de carne. Y también probamos la cerveza típica, que tengo que decir que es la más rica que he probado en mi vida, increíble. ¿Quién dijo cerveza alemana?





Pest
Catedral de San Esteban
Tras regresar de nuevo por el Puente de las Cadenas, llegamos hasta la imponente Basílica de San Esteban, como dije antes, el primer rey de Hungría. Dentro está la mano de este rey, considerada una reliquia llamada Santa diestra, ya que es considerado un santo. La cúpula inmensa de esta catedral mide casi exactamente lo mismo que la cúpula del Parlamento, a diferencia de que ésta es verde y la otra roja, respectivamente.
Nos tomamos un tiempo para un café y visitamos la calle Andrassy, la otra calle más importante junto a Váci Utca, aunque Andrassy parece mucho más lujosa y más amplia, con tiendas de ropa de marcas internacionales.



DÍA 3: MÚSICA Y ARTE EN PEST

Cogimos la histórica Línea 1 del Metro, el segundo más antiguo de Europa después del de Londres, considerado Patrimonio Mundial de la Humanidad, al igual que al lugar donde llegamos, la Plaza de los Héroes, un monumento en el que como ya hemos visto en el Bastión de Pescadores, conmemora a las siete tribus fundadoras de Hungría. A esta tribu se le conoce como los magiares y actualmente tanto los húngaros como Hungría se les llama también con este nombre.

La Plaza de los Héroes
A un lado de esta plaza se encuentra el Museo de Bellas Artes, el más importante del país y al que decidí entrar, ya que al menos quería entrar en uno y según las guías era el mejor. La verdad es que era bastante grande y hay descuentos para estudiantes en cualquier sitio, problema: aunque en la ciudad suelen aceptar euros en todas partes, aquí no, así que si vas a entrar acuérdate de cambiar a florines. Este museo también fue inaugurado por Francisco José I (marido de Sissi) al igual que la plaza y la línea 1 de metro.
Si sois amantes del arte no dudéis en entrar, hay visitas guiadas (que yo seguí) y bastantes recomendables.
Volvimos a usar el metro ya que teníamos un paseo en barco por el Danubio, que sinceramente nos pareció bastante aburrido, ya que estaba dedicado para que la gente cenara, aunque las vistas eran maravillosas y daban una idea de la extensión de la ciudad.
Exterior de la Ópera
Comimos en varios puestecillos de dulces y embutido húngaro que había en el centro y volvimos a la calle Andrassy para visitar la Ópera, como no también inaugurada por Francisco José I, pero puso la condición de que esta ópera no podía ser más grande que la de Viena (recordemos que en esa época Hungría y Austria era el Imperio Austrohúngaro y las comparaciones siempre han sido odiosas).
La ópera en sí y el edificio en sí eran una auténtica maravilla, muy muy parecida a la de Viena pero obviamente sí se notaba que es más pequeña en comparación a la de Viena. Entramos al único concierto que había esa noche, que fue un auténtico coñazo, porque simplemente había cantantes sentados y cantando algo de Bach en alemán, sin subtítulos o traducción, cosa que sí hay en Viena. Recuerda, si vas a una ópera, que sea para ver una ópera, no otra cosa. Aún así, experiencia inolvidable.

Interior de la Ópera

DÍA 4: PARLAMENTO, SINAGOGA Y CIUDADELA

Nos levantamos con un día muy soleado, la temperatura había sido fría los días anteriores y nos sorprendió enormemente el calor que hizo ese día, pasando del chaquetón a la manga corta.
El día anterior conseguimos encontrar entradas para visitar lo que más interés tenía en ver: el Parlamento.
Nos dirigimos hacia allí, donde hay una plaza enorme, guardias del tipo Buckingham Palace y nos enteramos que eso antes estaba lleno de estatuas comunistas que fueron retiradas inmediatamente después de que los rusos abandonaran el país. Normalmente los países del este de Europa que fueron influenciados por la Unión Soviética siempre sintieron bastante rechazo por Rusia, pero si hay alguno que destaca, esa es Hungría. Como ya dije, son bastante nacionalistas.

Parte trasera del Parlamento
Interior del Parlamento
Interior del Parlamento

Entramos al Parlamento con una guía que yo creo que era la única persona que hablaba español en la ciudad, la visita es muy curiosa aunque bastante corta (40 minutos) para lo grande que es el Parlamento, te enseñan sólo una mitad, la que no se usa por los políticos. Es el tercero más grande del mundo. Hay una frase que me gustó mucho de la guía, que dijo: "nuestro parlamento es menos conocido que el de Londres, pero éste es mucho más bonito" y la verdad es que tiene razón, al menos en mi opinión.  En la Sala de la Cúpula se encuentra la Corona de San Esteban, el símbolo más importante de Hungría y su característica cruz torcida.





Después de la visita, nos dirigimos andando hasta la Sinagoga de Budapest, la segunda sinagoga más grande del mundo y la más grande de Europa. El exterior es impresionante y aunque entré dentro del recinto, la sinagoga en sí estaba cerrada. Sin embargo, pude ver bastante bien el exterior, un cementerio judío que había con víctimas de los nazis y una exposición de piezas judías.

La Gran Sinagoga
Puerta Principal de la Sinagoga
Parte trasera de la Sinagoga, donde estaba este precioso memorial, un árbol de plata que en cada hoja
tenía el nombre de un judío fallecido en el  Holocausto


Estatua de la Emperatriz Elizabeth
(Sissí)

La Ciudadela vista desde abajo
Llegamos hasta el Puente de Elizabeth (Sissi) donde había una preciosa estatua de esta emperatriz a la que los húngaros tienen mucho respeto. Justo al lado de esta estatua, empezaban unas escaleras que conducían a lo alto de la Ciudadela, el punto más alto de la ciudad construido por los Habsburgo para vigilar desde arriba la ciudad. La subida es un poco dura pero al llegar arriba merece la pena, hay una fortaleza con una Estatua de la Libertad que nada tiene que ver con la de Nueva York y un bunker. Las vistas increíbles.
Volvimos al apartamento cruzando el Puente de Elizabeth de noche, cuando se veía toda la ciudad preciosa iluminada junto con el Castillo, Parlamento, etc.

Vistas desde lo alto de la Ciudadela

Vistas de noche bajando la Ciudadela


DÍA 5: MERCADO Y REGRESO

Como el avión salía por la tarde, aprovechamos la mañana para comprar los típicos regalitos de la ciudad y visitamos el Mercado Central, que al ser sábado estaba llenísimo. La planta baja es exclusivamente para comprar pescado y carne y en la de arriba había textiles, recuerdos y comida para comprar. Bastante agobiante pero puso puso el broche final.


Interior del Mercado Central


CONCLUSIÓN

Un viaje bastante entretenido, con los días perfectos para verlo todo sin prisas y con buen clima.
La mayoría de la gente hace el típico viaje Praga-Viena-Budapest pero la verdad es que se disfrutan más por separado. Al igual que dicen que hay dos tipos de personas, los que les gusta más Florencia y los que le gustan más Roma, aquí hay tres tipos, los que prefieren Praga, los de Viena y los de Budapest. Yo sinceramente me quedo con Budapest. Quizás seguido muy muy de cerca por Praga.
-Lo mejor: el Parlamento y la parte de Buda: el Castillo, la Iglesia de Matías (y el colarnos dentro para "rezar") y el Bastión.
-Lo peor: que la sinagoga estuviera cerrada.
-Nota: un 8
-¿Volverías? Volvería pero en un futuro lejano, porque estoy muy contento de que he podido ver la ciudad totalmente entera.




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