martes, 26 de agosto de 2014

Viaje a ESLOVENIA, CROACIA Y BOSNIA-HERZEGOVINA - Julio 2014





¡Y por fin llegó el veranito! Ya era hora de que por fin tocaran algo de vacaciones y esta vez pensamos como miles de sitios a los que ir, hasta que decidimos ir a este viaje organizado por el norte de los Balcanes.
Ha sido un viaje MARAVILLOSO y me esperaba muchísimo menos de lo que me he ido encontrando, espero que os guste este resumen.













DÍA 1: LLEGADA

RIJEKA
Al tratarse de un vuelo chárter, esto quiere decir, un vuelo que solo podían coger las personas que iban a realizar el mismo tour que nosotros, nos tuvimos que desplazar hasta Madrid. Desde Madrid llegamos en dos horas y media hasta el Aeropuerto de Pula, que si miráis el mapa (por si os perdéis) está a la izquierda del todo en Croacia (el país amarillo). El aeropuerto es muy pequeño y normalmente solo recibe vuelos chárter, porque es un buen lugar para comenzar el circuito.
Ese día simplemente llegamos, cogimos el autobús y nos dirigimos directamente hasta Rijeka. Por cierto, antes de que se me olvide, la J significa I siempre, o sea que Rijeka se pronuncia Riieka.
Rijeka es una ciudad bastante agradable, en la que al llegar tarde llegamos directamente al hotel y tuvimos que andar por nuestra cuenta, es la tercera ciudad más grande de Croacia, aunque para nosotros sería una ciudad tipo Jaén o Huelva en población.
La ciudad estaba ambientada pero sin comparación con Dalmacia (la costa sur).
Croacia es un país bastante nacionalista, debido a la Guerra de Yugoslavia, y están muy satisfechos de haber entrado en la Unión Europea en 2013, el segundo país yugoslavo después de Eslovenia que entró en 2004.


DÍA 2: ESLOVENIA

A la mañana siguiente nos pusimos rumbo a Eslovenia, que según dicen los croatas para reírse de ellos, si vas a más de 20 Km/h te pasas directamente del país por su tamaño. Eslovenia es más verde y más montañosa, el clima es más continental y ellos sí tienen euro a diferencia de los otros dos países.
Digamos que es el más europeo en esencia.
Llegamos pues a las Cuevas de Postojna (pronunciado Postoina), que no es la más grande de Europa, pero sí es la más visitada. Aunque no son para nada pequeñas, tienen 20 Km de distancia.
Al entrar, te montaban en una especie de tren dentro de la cueva que recorría unos cuantos kilómetros a una velocidad alta para estar dentro de una cueva y después te soltaban en un tramo para que lo hicieras andando. No había ninguna escalera, eran todo cuestas y puentes y precioso por dentro.
Dentro de estas cuevas había unos acuarios donde podías ver al proteo, una especie animal acuática que únicamente se puede ver en las cuevas de la zona. Los que la descubrieron pensaban que era una cría de dragón y a mí me pareció muy curioso, la verdad es que el viaje empezó bastante bien.

Cuevas Postojna































Una vez terminamos de ver las cuevas, que por cierto estaban en un parque muy bonito, nos dirigimos hasta la capital de Eslovenia, Ljubljana (pronunciado Liubliana), esta ciudad es la típica ciudad europea pero de una forma muy pequeña. Estaba bastante animada y se notaba ese espíritu Habsburgo.
El símbolo de Ljubljana es el dragón, que está presente en la bandera de la ciudad, y en uno de los puentes donde hay estatuas de dragones, otro puente que es el más famoso es el Triple Puente que se encuentra justo en el centro.
Después de nuestro tiempo en esta ciudad, una guía nos enseñó la ciudad, aunque para mi gusto fue la que peor hablaba español. Recorrimos el centro explicándonos más o menos lo que habíamos visto, entramos en una iglesia, el mercadillo de la ciudad (que a diferencia de los nuestros está abierto todas las mañanas), pero nos quedamos sin ver el Castillo de Ljubljana que era lo que más interés tenía en ver.

Puente Triple, Ljubljana
Para terminar el día, salimos de la ciudad y volvimos a cruzar la frontera para entrar en Croacia y llegar hasta la capital: Zagreb.

DÍA 3: ZAGREB Y EL PARQUE DE PLITVICE

Zagreb es la capital de Croacia y también la ciudad más poblada, semejante a la de Valencia.
Como la noche anterior llegamos muy tarde, fuimos directamente al hotel, pero decidimos dar un paseo por el centro de la ciudad que ya al día siguiente únicamente íbamos a ver la parte antigua.
Al principio el recorrido del hotel al centro estaba un poco oscuro y con muy poca gente, pero a medida que llegabas a la ciudad se veían algunos comercios abiertos (mucha gente estaba viendo el Mundial de Fútbol en terrazas de bares).
Fue un paseo corto, pero vimos la Plaza de Tito (antiguo presidente de Yugoslavia) donde estaba el Teatro Nacional, con su color amarillo destacable.
A la mañana siguiente subimos a la parte antigua donde estaba la impresionante Catedral de Zagreb, de estilo neogótico, que desde luego fue una de mis favoritas.

Mercado de Zagreb

Catedral de Zagreb
Vimos también el inmenso mercadillo que, a diferencia de nosotros que tenemos mercadillo un día a la semana, en Croacia los mercadillos se abren todas las mañanas con flores, comida, ropa, regalos.
Haciendo un pequeño tour guiado por esta zona, también vimos la Iglesia de San Marcos, eso sí, por fuera por problemas entre el sacerdote de la iglesia y el gobierno, una pena porque me gustó bastante su aspecto exterior y lo antigua que parecían sus puertas.


Llegamos a un mirador en el que vimos una vista panorámica increíble de la ciudad y regresamos al mercadillo para hacer algunas compras en nuestro tiempo libre, más tarde nos pusimos rumbo a Plitvice.

Ciertamente no hay ninguna ciudad en Croacia que se llame Plitvice, pero es el nombre del Parque Nacional de Plitvice, que está declarado Patrimonio de la Humanidad y que es fantástico.
Hay miles de rutas dentro del parque, pero la que hicimos era bastante cómoda para todos y no demasiado larga. Nada más entrar te encontrabas con una catarata enorme, a medida que ibas andando pasabas por mitad de un lago enorme por un puente.
Este sistema de lagos se comunicaba unos con otros por cataratas y cuando llueve bastante pueden incluso desbordarse, pero tuvimos suerte y ese día nos hizo una temperatura magnífica con agua cristalina y un color verde predominante. Había un trocito del camino que lo hicimos en un pequeño barco y las vistas eran maravillosas.




Al salir del parque nacional, atravesamos los Alpes Dináricos por túneles y al salir la geografía cambió totalmente y pasamos del norte continental al sur mediterráneo o llamándola de otra forma: la costa dálmata o Dalmacia.

DÍA 4: ZADAR, SIBENIK Y SPLIT

Al día siguiente teníamos nuestra primera visita guiada a la primera ciudad de Dalmacia: Zadar.
Lo primero que vimos al llegar fue por fin, ¡el mar!, que ya se echaba de menos y un panel fotovoltaico de luces que se encendían y se apagaban en el suelo (como si fuera una pista de baile), que recoge la luz del Sol de día y se noche expone las luces con la energía acumulada, se llama Oda al Sol.



Justo al lado se encontraba el Órgano de mar, que se trata de una especie de instrumento musical, que a base de cavar por debajo del suelo y el choque de las olas en los orificios, produce un sonido u otro dependiendo de la fuerza de las olas, bastante curioso.
Llegamos a la parte antigua de la ciudad, recordemos que toda la parte oeste de Eslovenia y Croacia fue en la antigüedad parte de la República de Venecia y como tal, sobretodo en Dalmacia, hay muchísimos monumentos que recuerdan a los de Venecia y el Renacimiento italiano.
Como ejemplo de este estilo nada más llegar al centro están la Catedral de Zadar y la Iglesia de San Donato, que se levantan encima de un antiguo foro romano.

Iglesia de San Donato
Lo que me gustó muchísimo de la Catedral fue que se levantaba sobre una antigua basílica paleocristiana, y aunque el exterior es posterior, no hay muchas basílicas de este estilo que se conserven tan bien. Aparte esta catedral tenía una torre típica veneciana preciosa.
Lo malo de Zadar fueron dos cosas: lo primero, al ser una ciudad de Dalmacia, el turismo está muchísimo más presente que en el norte y la ciudad estaba bastante llena, lo segundo, comenzó a llovernos de un momento a otro y para colmo, nos perdimos por la ciudad hasta que encontramos el autobús y nuestra querida guía Ana (que es croata).

Catedral de Zadar

Continuamos nuestra ruta hasta la ciudad de Sibenik, pronunciado Shibenik, en la que no tuvimos visita guíada pero pudimos ver por nuestra cuenta la maravillosa Catedral de Santiago (no confundir con la de Santiago de Compostela) de nuevo en estilo italiano y preciosa también, pagamos por entrar y aunque estaban de restauraciones, resultaba magnífica.

Catedral de Sibenik
Y para terminar este día tan ajetreado con tres ciudades, llegamos a la ciudad de Split, de donde era originaria nuestra guía Ana, que es la segunda ciudad más grande de Croacia después de Zagreb.
Split fue una de las ciudades que más me gustaron, aquí fue donde uno de los emperadores romanos, llamado Diocleciano, mandó construir su palacio como residencia vacacional, hoy en día se conserva muchísimo de este enorme palacio que finalmente acabó convirtiéndose en una ciudad.
Todo el centro histórico es Patrimonio de la Humanidad. Entramos por el sótano de este palacio para entrar en el casco histórico, que estaba llenísimo de gente y de tiendas de todo tipo. Después de Dubrovnik diría que esta es la ciudad donde más personas había.

Sótano del Palacio de Diocleciano, Split

La verdad es que este lugar te daba la sensación de haber vuelto a la época romana con el suelo de losas de mármol y pequeñas callejuelas atestadas de gente. Con su torre inmensa (por la que yo subí y pasando bastante vértigo por una escaleras enanas) y sus puertas de entrada.
Finalmente se nos dio tiempo libre para visitar mejor la ciudad por nuestra cuenta y nos fuimos al hotel que se encontraba a las afueras de Sibenik.

Palacio de Diocleciano, Split

DÍA 5: ENTRANDO EN BOSNIA-HERZEGOVINA: SARAJEVO

Bosnia-Herzegovina es un país totalmente diferente a Eslovenia y Croacia. Mientras que los dos anterior son católicos, Bosnia es un país con mayoría musulmán pero también con minorías muy importantes de cristianos (croatas) y ortodoxos (serbios).
Bosnia también es el país que más sufrió la Guerra de Yugoslavia al encontrarse en mitad de las principales fuerzas que eran Croacia y Serbia. Hoy en día las controversias en el país todavía son palpables y musulmanes, católicos y ortodoxos se mantienen separados en universidades, hospitales incluso barrios en la misma ciudad.
Recordemos que la guerra fue apenas hace 20 años y la herida aún está abierta o en proceso.
El país es muchísimo más pobre que los otros dos, no tiene autovías y no está en la Unión Europea, con lo cual hay un cambio cultural importante aquí.
Quitando eso, nada más entrar en Bosnia las vistas eran impresionantes, con unos paisajes verdes y unos lagos azules preciosos, el problema: tardamos unas cuatro horas y media en llegar desde el hotel hasta Sarajevo por el estado de las carreteras, aunque no se hizo tan pesado como imagináis.

Vistas bosnias

Nada más entrar en Sarajevo, pronunciado Saraievo, se podían ver perfectamente muchísimos edificios en los que había restos de metralla, y que no se habían reconstruido por falta de dinero.
Al llegar a la zona antigua, lo primero que se me vino a la mente fue: Estambul.
Bosnia en general fue durante muchos siglos la frontera entre los turcos que habían invadido parte de Europa Oriental y el Imperio Austríaco que representaba la Europa Occidental.
Esta mezcla de culturas es la que ha convertido a Bosnia en lo que es hoy en día pero específicamente Sarajevo es una ciudad muy turca. Puedes encontrar todo tipo de mezquitas, tés turcos (o bosnios, que sino se molestan) y mujeres con velo, aunque he de decir que el islam practicado en Bosnia es una variante mucho más tolerante digamos, que la de Oriente Medio, ya que ha convivido con la civilización europea.

Interior de iglesia ortodoxa, Sarajevo
En nuestra visita guiada, teníamos pensado visitar una mezquita pero al final no pudimos ya que estaban en Ramadán. Aún así visitamos una iglesia ortodoxa, en la que las misas que duran unas dos horas, no hay asientos y se pasan de pie. Tan sólo hay cinco o seis para los que apenas pueden andar pero esta es una gran diferencia con la religión católica y la ortodoxa.
Había personas que vendían todo tipo de reliquias de la guerra como trajes, cascos, monedas, fotos, trozos de armas, libros, etc.



Para finalizar la visita guiada, nos llevaron al lugar del Atentado de Sarajevo y asesinato de Francisco Fernando de Austria y su mujer Sofía, que eran los herederos del Imperio Austrohúngaro y que fueron asesinados en Sarajevo, siendo este el desencadenante de la Primera Guerra Mundial (1914).
En el lugar había un coche de la época donde le dispararon y una placa conmemorativa.

Coche donde se produjo el Atentado de Sarajevo (1914)

DÍA 6: MOSTAR Y STON

Mostar es otra ciudad de Bosnia, un poco más turística que Sarajevo por su cercanía a Croacia.
Al entrar en la ciudad nos explicaron que estaba todo dividido entre musulmanes y croatas que son las mayorías en Mostar y nos llevaron a ver una pequeña casita típica turca que había estado allí desde que llegaron los turcos a la zona.
La familia turca todavía es dueña de la casa pero la han adaptado como una especie de museo para que la gente pueda ver como eran antiguamente las casas turcas en Mostar.
Después nos llevaron, esta vez sí, a una mezquita que era blanca por fuera pero tenía algunos colores por dentro, con sus banderas islámicas y su separación hombre y mujer para rezar.
El minarete era muy bonito y me hizo mucha gracia un cartel que estaba en la mezquita en el ponía que estaba prohibido besar, darse abrazos, llevar animales, ir en ropa corta y comer helado. Básicamente estaba todo prohibido en la mezquita, aunque eso sí, me sorprendió que no nos hicieran descalzarnos, ya que la mezquita no se usaba mucho por la presencia de turistas, y prefieren rezar en otras.
Y bueno, ya nos llevaron a lo que es más conocido en Mostar, el famoso Puente Viejo que une las dos partes de la ciudad que separa el río Neretva. Es Patrimonio de la Humanidad y fue construido en el siglo XVI, bueno, el que hay ahora exactamente no, porque fue destruido en 1993 durante la Guerra de Yugoslavia y fue reconstruido exactamente igual que el anterior en el 2004.
La verdad es que la historia de este puente es un poco trágica, pero al final tuvo un buen desenlace.

Puente de Mostar

Vistas desde el Puente de Mostar
Salimos de Bosnia para volver a Croacia y en el camino a Dubrovnik nos paramos en un pequeño pueblecito llamado Ston, famoso por su muralla que muchos llaman la Muralla China de Europa.
Tienen una longitud de unos 7 kilómetros y se aprecian perfectamente desde lejos, la verdad es que como camino a Dubrovnik merece la pena pararse aquí, aunque no nos dejaron casi nada de tiempo para visitarlo bien. Llegamos por fin al hotel de Dubrovnik a prepararnos para el último día.

Murallas de Ston
DÍA 7: DUBROVNIK

Dubrovnik es el nombre eslavo que se le dio a la ciudad veneciana de Ragusa, también se le conoce como la Perla del Adriático (con permiso de Venecia) y en estos últimos años, como Desembarco del Rey para los fans de Juego de Tronos.
Dubrovnik no es para nada una ciudad grande, de hecho es muy pequeña (tiene 42.000 habitantes), pero sí es la más turística de Croacia y es bastante difícil que tantos turistas puedan caber en la parte antigua, ya que está rodeada totalmente de murallas grandes y altas. La ciudad como no es Patrimonio de la Humanidad.
Fue bastante bombardeada en la guerra pero gracias a sus murallas sobrevivió y con los años pudo ser reconstruida.


Calle principal de Dubrovnik atestada de turistas, Stradum
La visita guiada nos la dio nuestra querida Ana, que también conocía la ciudad y visitamos la Catedral que era totalmente blanca por dentro, según una mujer que iba en el grupo se parece mucho a la iglesia de Priego de Córdoba (España) por si alguien la conoce o quiere visitarla.
Por cierto animo a todo el mundo a que pruebe la cerveza tanto eslovenia, como croata y bosnia, son magníficas (aunque la mejor sigo manteniendo la de Budapest).
Después subimos a las murallas que rodean toda la ciudad, que aunque son bastante caras, merecen la pena porque tiene unas vistas increíbles, tanto de la ciudad con sus tejados naranjas, como las vistas del mar y las islitas cercanas. Además en darle toda la vuelta a las murallas puedes tardas algo más de una hora con lo cual merece la pena.

Dubrovnik

Tras comprar el ticket de las murallas, podías ir al Fuerte de San Lorenzo gratis, esto es un fuerte que está sobre una colina fuera de las murallas y del casco antiguo (aunque en Dubrovnik todo está muy cerca, andando está a apenas 10 minutos). Las vistas desde el Fuerte son geniales porque al estar sobre una colina se ven las murallas pero también el interior de la ciudad y es una vista espectacular.
Lo bueno es que estuvimos todo el día aprovechando para ver la ciudad sin tener que movernos a ver otras cosas y se agradeció porque la ciudad es preciosa, quizás demasiado abarrotada de gente pero eso es inevitable.

Vistas de Dubrovnik desde el Fuerte de San Lorenzo


CONCLUSIÓN
Un viaje increíble, que aunque son tres países diferentes, te das cuenta de lo que semejantes y diferentes que son a la vez. El tour es increíble para siete días, aunque hay que correr mucho tienes tiempo libre para aprovechar, quien no quiera hacerlo por compañía, en coche se puede hacer perfectamente aunque es más difícil encontrar vuelos.
-Lo mejor: la verdad es que me cuesta mucho elegir, porque todo el viaje fue genial, me encantaron los tres países así que no puedo elegir ninguno.
-Lo peor: Zadar. No porque la ciudad no fuera bonita, al revés era fantástica. Pero al llegar a Dalmacia hay mucha gente y nos llovió muchísimo, nos pusimos empapados y encima al final nos perdimos. Aunque esta ciudad es totalmente recomendable.
-Nota: un 9.
-¿Volverías? La verdad es que he quedado muy satisfecho con el viaje, que no se me quedo nada por ver, quizás el Castillo de Ljubljana pero es por decir algo. Aunque este viaje me ha dejado apetito para visitar otros países balcánicos como Montenegro o Serbia.





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