domingo, 12 de julio de 2015
Viaje a POLONIA- Febrero 2015
Gracias a mi semana libre de exámenes, busqué el vuelo más barato que había desde Málaga en aquel mes de febrero y no fue nada más y nada menos que Polonia. En España ya de por sí hace frío, pero, vámonos a ver lo que es el frío de verdad.
DÍA 1: LLEGADA
Nuestro vuelo fue de Málaga a Varsovia directo (que por cierto fue muy barato: unos 80€ ida y vuelta, obviamente porque nadie va en esa época). Llegamos de noche al aeropuerto de Chopin, en el que tuvimos que buscar el tren que te llevaba hasta la estacion central (Warszawa Centralna), este tren se construyó para la Eurocopa 2012 de Polonia y Ucrania.
Desde que salimos del aeropuerto, no dejamos de ver nieve siempre en todas partes, he de decir que nunca había visto tanta nieve en mi vida como en este viaje.
Una vez salimos de la estación, pudimos ver la torre más famosa de la ciudad llamada Palacio de la Cultura y la Ciencia, que en su origen fue construido en los años 50 por Stalin como un regalo hacia el pueblo polaco. Junto con Hungría, Polonia ha sido un país bastante nacionalista y que no se sentía nada a gusto con el régimen soviético que se impuso en Europa del Este durante la Guerra Fría, así que Stalin, para calmar los ánimos, mandó construir esta torre de 237 metros. Cuando la Unión Soviética se disolvió en 1991, esta torre estuvo a punto de demolerse por su simbolismo, pero finalmente se evitó y fue convertida en el actual Palacio de Cultura y la Ciencia.
Como el hotel estaba justo al lado de la estación de trenes, dejamos las maletas (el hotel estaba muy bien y era económico, Polonia en general no es cara) y nos marchamos hacia un restaurante brasileño que había cerca y abierto a esas horas.
Después nos fuimos a dormir y observamos que desde la ventana de nuestra habitación estaba justo enfrente el Instituto Cervantes, todo un símbolo fuera de nuestro país.
DÍA 2: SUMERGIÉNDONOS EN VARSOVIA
Varsovia hoy en día sigue teniendo un aire soviético, al menos para mí, en sus edificios y su ambiente. En absoluto es algo malo, y otras partes de la ciudad como el casco histórico no tienen nada que ver, pero la diferencia con Cracovia es verdaderamente asombrosa. En Varsovia vas a escuchar a muy poca gente hablando inglés, claro que lo hablan, pero no se oye como en otras ciudades europeas.
Como siempre me gusta en todos los países que visito, intenté aprenderme algunas palabras en polaco y la verdad es que la mayoría de las veces me respondían, yo creo que a cualquier persona le gusta que hagas un esfuerzo en intentar hablar su idioma, aunque sean unas palabras.
Lo peor desde luego era el frío, teníamos que estar cubiertos hasta arriba porque cualquier airecillo que se colara era una tortura, pero era soportable.
Tras un rápido desayuno, nos dirigimos al Palacio de Cultura y la Ciencia para subir a su mirador, en una de las plantas más altas.
Tuvimos suerte de que a pesar del frío, el cielo estaba raso y había una vistas maravillosas de Varsovia, que se extendía y extendía. Varsovia tiene nada más y nada menos que 1'8 millones de habitantes, algo más que Barcelona.
El precio eso sí, es un poco caro para subir únicamente al mirador, ya que está hecho exclusivamente para turistas y no había mucha gente arriba, pero sabía que eran las mejores vistas de la ciudad.
Nos dirigimos hacia el centro histórico, en nuestro camino nos encontramos con el monumento a Nicolás Copérnico, el astrónomo polaco que demostró la Teoría Heliocéntrica por la que la Tierra gira alrededor del Sol y no al revés.
Entramos en una iglesia al lado del monumento llamada Iglesia de la Sagrada Cruz, en el que estaba enterrado el corazón de Chopin, el célebre músico también polaco.
Continuando hacia el corazón de la ciudad, llegamos al Gran Teatro Wielki, la ópera principal de la ciudad, donde aunque no pudimos ver el teatro propiamente dicho por dentro, sí que pudimos entrar en una exposición donde estaba el vestuario de las óperas que se habían realizado allí, eran verdaderamente bellas, las óperas más conocidas como Carmen, Aída, la Traviata, el Barbero de Sevilla, con sus trajes allí expuestos. Y encima gratis.
En la Iglesia de Santa Ana, en el centro de la ciudad, quisimos entrar para escuchar una pieza de órgano que tanto me encanta y que suena maravilloso.
Y por fin llegamos a la Plaza del Castillo, la postal más emblemática de Varsovia. donde se encuentra el Castillo Real de Varsovia (del que hablaré posteriormente cuando entramos en otro día) y la columna de Segismundo, uno de los reyes de Polonia.
Lo bueno de esta plaza es que es excesivamente grande (como casi todos los espacios en Varsovia) y que es peatonal, con lo cual no hay que preocuparse por vehículos de ningún tipo.
Tras hacer una pausa para almorzar en un restaurante en la plaza, continuamos hacia otra plaza que está muy cerca: la Plaza del Mercado. Se llama así porque aún hoy en día se sigue celebrando un mercado allí. También hay una escultura de una sirena con una espada y un escudo, la sirena es el escudo de la ciudad, hay varias repartidas, yo conseguí ver tres y la del mercado es la más conocida.
Para salir del centro de nuevo, pero por el norte, estaba la Barbacana, una fortificación para indicar que se salía o se entraba del centro de la ciudad, posiblemente para defenderse.
Ya anocheciendo (recordamos que anochecía sobre las 4 y media de la tarde), vimos lo que fue la casa y actual museo de Maria Salomea Sklodowska, más conocida como Marie Curie, que, efectivamente, también era polaca.
El museo la verdad es dentro de una casa bastante reducida, con objetos personales, ropa, fotografías y algún video de la científica que descubrió el radio y ganó el Premio Nobel de Física y el de Química.
Para terminar el día (que fue bastante intenso, ya que Varsovia es una ciudad enorme), vimos el Monumento a los Héroes del Levantamiento, estos héroes, participaron en el Alzamiento de Varsovia de 1944 contra el régimen nazi cuando Polonia estaba invadida. Desgraciadamente, las fuerzas nazis ganaron la batalla y destruyeron el 85% de la ciudad, prácticamente en su totalidad. De hecho gran parte de su centro histórico fue reconstruido gracias a los cuadros que pintó Canaletto cuando visitó la ciudad, ya que no se tenían demasiadas fotografías y en el centro se pueden encontrar algunos cuadros a modo informativo para ver la similaridad con la actualidad. Varsovia está considerada como la ciudad que más sufrió durante la Segunda Guerra Mundial y este monumento fue inaugurado por los que cayeron en este alzamiento contra los nazis.
DÍA 3: VARSOVIA, JARDINES Y PALACIOS
Por la mañana temprano, cogimos un autobús para ir a la zona de las afueras de la ciudad llamada Wilanów, porque allí se encuentra el Palacio de Wilanów. Según la guía, le pusieron este nombre porque venía de la palabra Villa Nova, que en italiano significa "nueva aldea", al pasar algunos cambios gramaticales surgió este nombre.
Este palacio es considerado el Versalles polaco que comenzó a construirse en 1677 por el rey Jan III Sobieski. A diferencia de la ciudad, este palacio se ha conservado intacto gracias a que estaba bastante retirado de la ciudad si consideramos que Varsovia era mucho más pequeña en la II Guerra Mundial.
El interior es realmente espectacular, con colecciones de arte maravillosas, de todos los viajes que realizaban los reyes polacos y sus posteriores dueños por el mundo, incluida una china, y su arquitectura impresionante.
También compramos el ticket para visitar los jardines, que claro, como todo, estaba completamente nevado. Y eso lo hacía todo realmente mágico.
El palacio se encuentra justo al lado de un lago enorme, que cuando nos pusimos a buscarlo, nos dimos cuenta de que estaba congelado. Ni siquiera tirando piedras de tamaño considerable el hielo se partía, imaginaros como debería ser su grosor.
Nosotros anduvimos por los jardines más de una hora y parecía que no tenían fin, el camino iba al lado del lago, a veces incluso pasaba por en medio de dos lagos y nunca se veía el final, una verdadera estampa polaca real.
Almorzamos en el único local abierto cerca del palacio y volvimos a coger el mismo autobús de vuelta a la ciudad, pero esta vez bajándonos en el Parque Lazienki.
El Parque Lazienki es el más grande de la ciudad, muy muy grande. Tras pasar varias horas paseando de noche por sus caminos, vimos también el Palacio en la Isla, dentro del parque.
El Palacio en la Isla tiene este nombre porque está en medio de un lago del parque, convirtiéndolo en una isla aunque se puede acceder por un puente. Lo curioso, es que como el lago también estaba congelado, los patos y algunos animales podían llegar a él por el hielo, haciendo que en invierno no sea realmente una "isla". Volvimos andando hacia el hotel tras hacer una parada para cenar.
DÍA 4: ÚLTIMO DÍA EN VARSOVIA
Como era el último día en esta ciudad, mi padre me consintió desayunar en el Starbucks que había cerca del hotel y que, aunque seguramente sea caro para los polacos, tomarte un hot chocolate por 2€ es algo raro en España, ya que te cobran 4 y pico. Ya podían poner un Starbucks con los precios polacos.
Observamos que era día de puertas abiertas al Palacio Presidencial (como nuestra Moncloa), pero como no teníamos tiempo ya que teníamos que coger un tren por la tarde, nos dirigimos a lo que queríamos ver: el Castillo Real, el que vimos antes en la Plaza del Castillo, pero esta vez en su interior (ya que los domingos es gratis).
El día anterior había disfrutado mucho con el Palacio de Wilanów, pero se notaba que este lo visitaba más gente y tenía pantallas gigantes del suelo al techo que te explicaban la historia del castillo.
Fue residencia real con el rey Segismundo III (el mismo que está en la columna de la plaza).
El castillo ha sido destruido dos veces: una en el siglo XVII en las guerras contra Suecia y otra por los bombardeos de los nazis.
Dentro del castillo también había una colección muy importante de arte, Salón del Trono, de audiencias, cuadros de personalidades como Rembrandt, esculturas, etc.
Polonia dejó de ser una monarquía en el mismo año de su desaparición: 1795. ¿Por qué decimos desaparición? Porque Polonia dejó de existir durante 123 años por las anexiones de Prusia, Rusia y Austria. Y cuando volvió a existir en el año 1918, lo hizo en forma de república hasta hoy.
Con lo cual la historia de Polonia me parece fascinante y también muy triste. Primero tuvieron que sufrir una desaparición absoluta, para luego tener que soportar las invasiones primero nazi, y después soviética. Como he dicho varias veces, Europa del Este ha tenido poca libertad hasta hace poco.
Después nos dirigimos a un lugar que había visto en Callejeros Viajeros: la azotea de la Biblioteca de la Universidad de Varsovia. Las vistas estaban muy bien, pero tuvimos un pequeño incidente: la verja para subir hasta la azotea estaba cerrada. Me dio mucho coraje haber llegado hasta allí para nada cuando sabía perfectamente que arriba simplemente había un mirador, así que la abrí y subimos, incluso al pasar un rato hubo varios grupos que subieron detrás de mí.
El sitio fue precioso, nos echamos algunas fotos y bajamos. Pero justo cuando llegamos abajo, un guardia comenzó a recriminarme que por qué había abierto la puerta en polaco, obviamente yo no entendía nada así que me hice el loco completamente y cuando se hartó de hablarme y sabía que no lo entendía, se fue cerrando la verja. Después me reí pero no entiendo el sentido de tener algo así cerrado cuando la biblioteca sí estaba abierta, es un lugar de descanso y muy bonito y obviamente, allí arriba no había nada que pudiera robarse o romperse, solo una azotea normal. Pero bueno, conseguí mi objetivo jajaja.
Comimos en el Centro de Ciencias Copérnico, aunque no llegamos a entrar en él. Dimos un paseo cerca del Vístula, el río que pasa por Varsovia y cruza toda Polonia de abajo a arriba y también pasamos al lado del Museo Chopin. Llegamos hasta la estación de trenes del primer día para ponernos rumbo a nuestro segundo destino en unas tres horas de tren: Cracovia.
DÍA 5: AUSCHWITZ
Realmente ese día dormimos en Cracovia, pero no vimos nada, ya que nos dirigimos a la estación de autobuses para ir destino a Auschwitz, ya que teníamos nuestros tickets reservados online y con visita guiada en español.
No sé si fue la casualidad o el lugar, pero fue el día que más frío hizo en todo el viaje y en el que más nieve cayó en toda mi vida.
El campo de concentración está dividido en dos lugares: Auschwitz I, el primer campo del lugar, y Auschwitz II - Birkenau, el segundo campo que se construyó para albergar a más prisioneros que no cabían en el primero. El primero tenía un crematorio mientras que el segundo disponía de varios.
El lugar la verdad es que es bastante peliagudo, nada más entrar hay una verja de metal en la que pone: ARBEIT MACHT FREI, "el trabajo os hará libres" en alemán.
Se podían ver de todo: los baños, las habitaciones, los crematorios, los objetos que recogían cuando los encarcelaban: maletas, zapatos, ropa, joyas, dinero, incluso pelo que usaban luego para cualquier cosa. Los nazis engañaban a quienes querían llevar al campo diciendo que iban a trabajar, los metían en camiones o trenes hasta llegar al campo y allí hacían con ellos lo que querían, pero el final siempre era el mismo: muerte por gas tóxico.
Auschwitz fue el campo de concentración nazi más grande y donde más gente murió durante la Segunda Guerra Mundial, sobre 1.100.000 personas durante solo 5 años. El 90% de ellas fueron judíos, pero también había prisioneros de guerra, homosexuales, gitanos, etc.
Dentro de los edificios perfectamente conservados, había fotografías de montones y montones de personas que habían perdido la vida en esos terribles lugares: médicos, fotográfos, profesores, militares, políticos...la lista es casi infinita hasta llegar a ese número de muertes.
También estaban los famosos pijamas de rayas, peines, fotografías de personas en estado de anorexia absoluta por la escasísima comida que recibían.
Allí fueron destinadas personas de toda Europa, desde Francia hasta Grecia y Bielorrusia.
Birkenau, la segunda parte que fue construida después, es mucho más grande pero también las condiciones eran muchísimo peores. Los prisioneros que aún quedaban a comienzos de 1945, casi al final de la guerra, fueron liberados por el ejército soviético.
La nieve, el frío, la guía que nos contaba las cosas de manera tan real, hizo que aquel lugar me chocara bastante, pero me alegré muchísimo de ir, y de hecho creo que es lo mejor que vi de mi viaje, porque es historia, porque tenemos que conocer, saber, pensar en lo que ocurrió para no olvidar, conocer el pasado para evitarlo en el futuro. Y hay que conocer este lugar.
Pasamos allí todo el día y después, de camino a Cracovia de nuevo, en el autobús, al haber tantas personas que queríamos volver, muchísimas personas fuimos de pie dentro durante la hora y media que duraba el trayecto, sin que a nadie le resultara raro. Fue algo que me impresionó.
DÍA 6: CRACOVIA Y WIELICZKA
Cracovia fue la primera capital de Polonia, por ello es una ciudad muy rica monumentalmente y porque no fue apenas afectada por la Segunda Guerra Mundial, ya que uno de los militares nazi mantuvo allí su vivienda. Cracovia fue capital hasta el año 1596, en el que pasa a ser Varsovia.
El casco histórico de la ciudad es muchísimo más pequeño que Varsovia, ya que puede caminarse andando en muy poco tiempo. El primer día propiamente dicho viendo la ciudad, fuimos a la Plaza del Mercado, donde se encuentra bastantes atracciones turísticas. Simplemente viendo esta plaza se puede sentir el ambiente más europeo, bastante diferente al de Varsovia, ya no con espacios gigantes, edificios enormes y torres stalinistas, sino con más gente, pero plazas más pequeñas, europeas, edificios más bajos y por supuesto la basílica que refleja el catolicismo tan presente en Polonia.
Una de ellas es la Basílica de Santa María, magnífica de estilo gótico y terminada en el siglo XIV, por fuera es una maravilla pero por dentro también. Si vais a entrar en esta basílica, tened presente un pequeño truco: hay una puerta en la que pone entrar para rezar y otra que es para turistas. En la de rezar no hay que pagar dinero, aunque no te dejan echar fotos y es una parte pequeña de la basílica. En la turística sí puedes echar fotos y la ves bastante bien, pero tienes que pagar. Nosotros entramos por la parte de rezo, echamos un par de fotos sin que se dieran cuenta y nos fuimos.
Es bastante bonita así que si os interesa pagad el ticket.
Dentro del edificio del mercado podéis encontrar bastantes souvenirs y objetos típicos de Polonia. Normalmente suele ser barato, pero cuidado porque esta es una zona muy turísticas y quizás podéis encontrar lo mismo en otro sitio por la mitad de precio.
En la plaza también encontramos la Torre del Antiguo Ayuntamiento, la única parte que queda del antiguo ayuntamiento que se demolió en el siglo XIX para poder construir el mercado.
Vista la plaza y como nos quedamos con ganas de ver más arquitectura porque vimos poco de la basílica porque era cara, fuimos a la Iglesia franciscana que hay muy cerca de la plaza, que aunque era muy bonita por dentro, tenía muy poca iluminación, cosa que eché de menos.
Ojo al dato, en esta iglesia vi que había grupos, y algunos en español, de guías voluntarios que se ofrecen para explicarte la ciudad totalmente gratis, simplemente tienes que pegarte al grupo si ves alguno y seguirlos, así de sencillo. Y no te preocupes, suelen poner algo así como FREE GUIDE, JOIN US!, para que sepas que es gratis.También vimos el Teatro Slowacki por fuera y la Barbacana, parecida a la de Varsovia.
Contratamos una excursión para ir a las Minas de Wielizcka en español, en invierno fue difícil encontrarla pero hay oficinas de excursiones por toda la ciudad, así que podéis preguntar ahí, el precio suele ser muy parecido, sin embargo en los hoteles si ofrecen alguna suelen ser muy caras.
Llegamos hasta el pueblecito de Wielizcka, que ha vivido desde siempre por sus famosas minas de sal, utilizadas desde el siglo XIII. Importantes personalidades como Copérnico o Goethe han visitado las minas a lo largo de la historia y es que son muy antiguas.
A lo largo de la ruta (porque sí vais a ir son guiadas todas) van a enseñaros habitaciones con esculturas de sal, suelo de sal, techo de sal, incluso hay una pequeña capilla de sal donde va la gente a casarse allí. Todo está hecho de sal, hasta una estatua de Juan Pablo II o un relieve de la Última Cena.
DÍA 7: CRACOVIA A FONDO
Para el último día, dejamos el maravilloso Castillo y la Catedral de Wawel. Antes de que la monarquía polaca se trasladara a Varsovia con el cambio de capital en 1596, vivieron en este castillo.
La Catedral de Wawel es gótica, aunque luego se le añadieron otros estilos y se terminó de construir en el siglo XIV, por lo que es muy antigua. La entrada a la catedral es gratis, pero si queréis ver la zona de las tumbas reales sí hay que pagar.
El Castillo de Wawel, la residencia real, fue construido por Casimiro III el Grande
Aquí los precios también suben porque es lo más turísticos de Cracovia, y lo peor es que no hay un ticket único para el castillo, sino que van cobrando por cada parte de él, por ejemplo por los Salones Reales uno, así que llevad carné joven o de estudiante que hay descuentos.
Nosotros no pudimos entrar a los Salones Reales porque estaban restaurándolos, así que cogimos el de los Salones de Estado para al menos poder ver algo el interior del castillo.
También compramos otro ticket para ver uno de los cuadros que llevaba mucho tiempo queriendo ver: "La dama del armiño" de Leonardo Da Vinci.
El cuadro está dentro del castillo, pero como he dicho te cobran también por verlo. Es del siglo XV y seguramente sea el cuadro más importante que tiene Polonia de un pintor como Da Vinci.
Si vais a Cracovia en verano, veréis que hay un dragón debajo del castillo, que hecha fuego cada hora. También hay una pequeño Paseo de la Fama con las huellas de las manos de los famosos que han pasado por allí, algunos polacos pero también algunos tan conocidos como Michael Jackson.
El lugar es muy bonito, el castillo y la catedral están sobre una especie de colina que también se llama Wawel y que da al río Vístula, el mismo que pasa por Varsovia, lo hace por Cracovia.
Antes de cerrar los días en esta ciudad, fuimos a la Plaza del Guetto, donde se encontraba el guetto judío y había sillas de hierro en una plaza, simbolizando los judíos asesinados y también muy cerca de allí, estaba tanto las magníficas sinagogas como la Fábrica de Schindler, el famoso empresario que salvó miles de judíos gracias a que los contrató en su fábrica, la historia se hizo muy conocida gracias a la película ganadora del Oscar. No pudimos entrar porque ya estaban cerrando, pero el menos nos pudimos hacer algunas fotos en la entrada y coger algunos folletos.
DÍA 8: REGRESO Y CONCLUSIÓN
Cogimos de vuelta el tren hacia Varsovia, ya que nuestro avión salía desde allí.
Dimos una pequeña vuelta por el centro de nuevo y almorzamos por allí y cogimos de nuevo el tren para llegar hasta el aeropuerto Chopin, de regreso a Málaga.
Es muy difícil que no me guste un viaje y este me gustó sin duda. Pensaba que en un país tan grande y a veces no tan turístico como Polonia podría ser un problema a la hora de organizarme, ya que odio los tours y prefiero empollarme la historia, los horarios, trayecto, moneda, idioma y absolutamente todo del país al que voy. Salió bien y pudimos ver todo lo que nos planteamos. Ya es muy díficil que me pierda en algún país de Europa si no me he perdido cogiendo trenes en Polonia.
-Lo mejor: contraste entre Varsovia-Cracovia. Auschwitz.
-Lo peor: el frío sin duda, muy muy fuerte.
-Nota: 8'5
-¿Volverías? La verdad es que creo que he visto prácticamente todo lo que me interesaba de Polonia.
Quizá en un futuro pero lejano a otras partes del país.
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